La educación constituye un ingrediente indispensable en todo programa de desarrollo económico. Para satisfacer esta necesidad, el nuevo gobierno debió, a partir de 1949, hacer uso incluso de la tradición osificada de la enseñanza clásica y de los conocimientos occidentales diseminados por maestros que se esforzaban por conseguir que sus alumnos penospreciaran a todo lo que fuera chino.
Es por ello que la historia de la educación en China, desde 1949 hasta hoy, ha significado una lucha entre los representantes de la vieja educación destinada a una clase restringida, rigurosamente selectiva, y quienes entendían a la nueva educación como un proceso cooperativo y de colaboración en el cual el maestro aprendía de los que enseñaba a medida que impartía sus enseñanzas. Propugnando que la nueva educación fuera considerada como parte integrante de trabajo productivo efectuado por los estudiantes regulares y aún más, que todo el trabajo teórico derivara del trabajo productivo contratapa